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miércoles, 11 de marzo de 2009

Poema nueve

El homo al desraizar hace camino

cada zancada deja marcadas sus huellas

su cuerpo abre cavernas oscuras

desde sus extremidades caen

gotas de mar azuladas

son las que riegan las espigas

el meteorito rompe el silencio

y abre las montañas

y caen las semillas sobre el páramo

el viento esparce la flor del copihue.

Ella entrega el arcoiris a la senda

es la luz del sendero que guía

da sentido y pertenencia a la travesía

y viajeros que rompen los vientos

acompañan al que hace jeroglífico

Osos pardos, coyotes y hormigas

construyendo vereda hacia el norte

en buscan de la molécula cristalina

y de la fogata de los viejos de la tribu

Ellos en caterva descansan entre los senos

y en la garganta de la madre tierra

desde sus entrañas nace

alimento que provee el amamantar

desde sus montañas emerge el calor

que cobija a los hijos de la especie.

observa y divisa el infinito

invita al sonido y

comprende a la estrella

En la abulia y en la quimera

fue pincelando los nombres

rasgueando la existencia

De la rosa, al caimán

el volcán y de Isis

Designó con la vocal

A la paz y la economía

Aprendió a decir mío

Se adueño del aire

Canalizo el agua

fortifico el espacio

amarro el tiempo

Fabrico el yo-yo

Juego que despersonalizo

Al homo sapiens

Viajo al infinito

Conoció la sima

y beso a la luna

Se vistió de escama

Aprendió a sonrojarse

y expulsar lágrimas

evolucionó hacia a la persona

Pero todavía esta en extásis

Con su embarcación a la deriva

No puede decir amor.