Poema nueve
El homo al desraizar hace camino
cada zancada deja marcadas sus huellas
su cuerpo abre cavernas oscuras
desde sus extremidades caen
gotas de mar azuladas
son las que riegan las espigas
el meteorito rompe el silencio
y abre las montañas
y caen las semillas sobre el páramo
el viento esparce la flor del copihue.
Ella entrega el arcoiris a la senda
es la luz del sendero que guía
da sentido y pertenencia a la travesía
y viajeros que rompen los vientos
acompañan al que hace jeroglífico
Osos pardos, coyotes y hormigas
construyendo vereda hacia el norte
en buscan de la molécula cristalina
y de la fogata de los viejos de la tribu
Ellos en caterva descansan entre los senos
y en la garganta de la madre tierra
desde sus entrañas nace
alimento que provee el amamantar
desde sus montañas emerge el calor
que cobija a los hijos de la especie.
observa y divisa el infinito
invita al sonido y
comprende a la estrella
En la abulia y en la quimera
fue pincelando los nombres
rasgueando la existencia
De la rosa, al caimán
el volcán y de Isis
Designó con la vocal
A la paz y la economía
Aprendió a decir mío
Se adueño del aire
Canalizo el agua
fortifico el espacio
amarro el tiempo
Fabrico el yo-yo
Juego que despersonalizo
Al homo sapiens
Viajo al infinito
Conoció la sima
y beso a la luna
Se vistió de escama
Aprendió a sonrojarse
y expulsar lágrimas
evolucionó hacia a la persona
Pero todavía esta en extásis
Con su embarcación a la deriva
No puede decir amor.