El camino trazado por el caminante sin sentido
es la desesperanza de los que viven sin objetivos
es el pavimento de adoquines con trazos de la ignorancia,
con veredas sutiles que demarcan el sendero de la intolerancia.
Caminante, tú que osas adentrante en este camino
con la betonera que amalgaman el error y la fé.
lo único que podrás pavimentar
es el sendero de líneas
del claro oscuro de la ignorancia.
Caminate,
Observa,
fija la vista en el horizonte,
busca y encontrarás
son los colores del razonar de la conciencia.
Allí, podrás percibir los bellos trazos del azul de la templanza.
Mirar estéticamente los bordes rojos de la justicia.
auscultar el acrisolar de la cadena fundida en oro,
con los ribetes de la fortaleza .
Caminante
si no te pierdes en la costelación del infinito,
quizás puedas detectar el punto de inflexíón de luz.
si es así.
Detente,
Observa
Reflexiona.
es la lbrecha del inicio de la construcción
son aquellos los senderos que
te conducirá a tú belleza del pensar.
Lograras la autonomía de tus juicios.
Tú libertad.
y en el desbastar del sendero.
quizás, logres ser conciencia del honrado
aprendiendo en la equidad de la humildad del sabio.
un lugar, un oasis, donde la pluma del errante, con contenido y sentido,esculpiendo según diseño de su arquitectura, marcarán rumbos, solamente en aquellos que, en el ocio les permita creer en un mundo mejor
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domingo, 10 de agosto de 2008
lenguajear
Te escuchaba atentamente
Te miraba con ojos tapatíos
Tus labios se conmovían al ritmo
De la melancolía del sol ardiente
Tu rostro cambia de simetría
Según el ímpetu de tus dichos
Tú apariencia se llena del atardecer
Sobre tu morfología se desliza el crepúsculo
Mi cuerpo acechándote
Mi olor cardo de hernista olvidado
Se mezclo con el tuyo
Lo nuestro sabe a lo tuyo
Las tapias ya se colorean
Con las melodías
De los armónicos del estío
Mis afectivos te auscultan
Con ese silencio sombrío
Mis oídos te escuchan
la melodía de los ensueños
sobre los mil sentidos
por eso que tus labios se callan
Para dar paso a lo mío
Te miraba con ojos tapatíos
Tus labios se conmovían al ritmo
De la melancolía del sol ardiente
Tu rostro cambia de simetría
Según el ímpetu de tus dichos
Tú apariencia se llena del atardecer
Sobre tu morfología se desliza el crepúsculo
Mi cuerpo acechándote
Mi olor cardo de hernista olvidado
Se mezclo con el tuyo
Lo nuestro sabe a lo tuyo
Las tapias ya se colorean
Con las melodías
De los armónicos del estío
Mis afectivos te auscultan
Con ese silencio sombrío
Mis oídos te escuchan
la melodía de los ensueños
sobre los mil sentidos
por eso que tus labios se callan
Para dar paso a lo mío
la atleta
ayer te divise en el supermercado. recorde tu juvenil estampa. cuando entrenabamos en la pista atlética. observe y desee acecharte con las mismas ansias del ayer. ronde entre las góndolas. escondiendome entre lechugas y papas. tus ojos se posaron en mi rostro. sentí el rubor de antaño. me dí cuenta que hoy no podríamos reconocernos como antes. Tú ya no usas esas zapatillas de clavos de color fucsia que causaba revuelos cuando trotabas por la pista de cenizas . siempre el comentario :¡que gacela¡. quise devolverte la mirada y tratando sonreirte . me acorde de mi boca desdentada.
linguìstica
Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del Congreso Internacional de Lingüística y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y papeles y se dirigió hacia la salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas, filólogos, semiólogos, críticos estructuralistas y desconstruccionistas, todos los cuales siguieron su garboso desplazamiento con una admiración rayana en la glosemática.
De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:
¡Qué sintagma!
¡Qué polisemia!
¡Qué significante!
¡Qué diacronía!
¡Qué exemplar ceterorum!
¡Qué Zungenspitze!
¡Qué morfema!
La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonemas.
Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: ''Cosita linda". (Mario Benedetti)
De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:
¡Qué sintagma!
¡Qué polisemia!
¡Qué significante!
¡Qué diacronía!
¡Qué exemplar ceterorum!
¡Qué Zungenspitze!
¡Qué morfema!
La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonemas.
Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: ''Cosita linda". (Mario Benedetti)
tortuga y cronopios
Ahora pasa que las tortugas son grandes admiradoras de la velocidad, como es natural. Las esperanzas lo saben, y no se preocupan. Los famas lo saben, y se burlan. Los cronopios lo saben, y cada vez que se encuentran una tortuga, sacan la caja de tizas de colores y sobre la redonda pizarra de la tortuga dibujan una golondrina. (Julio cortazar)
la dama culta
Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado“El dinosaurio”.Ah, es una delicia – me respondió – ya estoy leyéndolo. (José de la Colina)
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