Te escuchaba atentamente
Te miraba con ojos tapatíos
Tus labios se conmovían al ritmo
De la melancolía del sol ardiente
Tu rostro cambia de simetría
Según el ímpetu de tus dichos
Tú apariencia se llena del atardecer
Sobre tu morfología se desliza el crepúsculo
Mi cuerpo acechándote
Mi olor cardo de hernista olvidado
Se mezclo con el tuyo
Lo nuestro sabe a lo tuyo
Las tapias ya se colorean
Con las melodías
De los armónicos del estío
Mis afectivos te auscultan
Con ese silencio sombrío
Mis oídos te escuchan
la melodía de los ensueños
sobre los mil sentidos
por eso que tus labios se callan
Para dar paso a lo mío