mi lápiz me propuso escribirte.
el me guió a la profundidad
celeste del azul intenso del infinito.
divise la lumonisidad de la profundidad del mar.
estuve jugando en el oleaje de la brisa del viento del ayer.
escuche el gemido
del llanto del nacimiento
del niño esperanzado
en el futuro en la génesis de ellos.
estuve allí.
me retuvo la curiosidad.
ese ser,
ese inmenso ser.
vi la silueta de tu ser.
ese ser.
que opaco la curvatura elíptica
de la luminosidad de la linea del horizonte.
que fue trazando con el cobre
las lineas simétricas
del canto de la avecilla
de pecho color carmesí.
en este devenir.
en esta búsqueda
te encontré.
mi pequeño spin.
en mi viaje eterno.
senti en mi ser
la coloración del andamiaje
de mi sistema nervioso central.
fue como la explosión
de la estrella madre
que dejo si horizonte
el navegar del buque
del corsario sin sentimiento.
era la respuesta esperada
era el trinar de la cordillera
con el desprendimiento
de su estereo lenguajear.
ese eco que dejo sentir tu belleza.
percibí en el ocaso del tiempo
al pájaro carpintero escribir mi amor.
llego la tribú de los viejos cansado
y fue allí que escuche gritar tu ser.
y si alguien sapien sapien
penso en la belleza
que dibuja el paisaje
de los caballitos de mar.
necesariamente pensó en tí.